Cesc, Xavi, Iniesta y Silva de lado a lado. España jugó en tierras norteamericanas con una camiseta roja con cuello azul y tres rayas verticales con rombos (amarilla, azul, amarilla) en el lado derecho de la camiseta. Los partidos oficiales ante Italia suelen pintarse de azul, aunque hace tiempo que la ‘azzurra’ no toca. Sin embargo, la Italia del 82 tenía el cartabón de Antognoni, los goles de Rossi y la jerarquía atrás de Zoff y Scirea para salir del paso. La del 94 tenía a Baggio como elemento diferente y decisivo. Italia no tuvo un solo jugador capaz de desequlibrar en un uno contra uno, de encarar o desbordar, comprar camisetas de inventar algo diferente. Ronaldo. El goleador no duda a la hora de elegir entre el mediocampista y el delantero Mario Balotelli como estrella de Italia. Ante una selección italiana que no pierde la posición, el juego estático, en corto, colapsado por la izquierda -lugar propicio para intentar desnudar a Panucci- y aventurado a una escaramuza por el centro de un delantero excepcional como Torres, que sólo jugó el primer tiempo, no permitió a España ganar la primera partida, la anterior al descanso, cuando España puso en práctica su ‘plan A’.
Ahora, italia camiseta 2021 se encuentran a sólo dos partidos de poner el broche a una extraordinaria carrera internacional en común. A Italia sólo puede salvarla el peso de su camiseta. Italia utiliza el microondas para todo. Andrea Pirlo se mueve poco en el entrenamiento de Italia en Río de Janeiro. Buffon, Panucci (Zambrotta, min.68), Cannavaro, Materazzi (Barzagli, min.46), Grosso, Perrotta (Aquilani, min.62), De Rossi, Pirlo (Gattusso, min.46), Camoranesi, Di Natale (Iaquinta, min.76) y Toni (Borriello, min.46). La campeona de 2006 se aferró a la clase de Pirlo y a la exhibición defensiva de Cannavaro. Sin Buffon ni Pirlo, sin un delantero centro reconocible, con una defensa muy cercana al ingreso en el geriátrico y sin ‘fantasistas’, queda un grupo bastante mediocre, con jugadores de clase media, pero sin peso. El centro de su defensa se deshace cuando vuela un balón. Y lo será para Buffon, que estirado hasta el último milímetro de su flexibilidad, no pudo rozar ese balón esquivo. Implacable en la guarida que guarda Buffon, hacha en mano si hace falta. Camoranesi, desplegó la telescópica en dos ocasiones y fue quien dio deberes a Casillas, que no se había estrenado, al contrario que Buffon, autor de cuatro intervenciones de nivel a lo largo de la noche.